Un plan audaz y relevante

14.04.2016

Publicado en: Diario "El economista", 14/04/2016, p.16

El anunciado aporte del gobierno nacional a la Provincia, de $ 200.000 millones es una cifra que aliviará como ningún otro bálsamo la agobiada estructura que exhibe hoy el Tesoro bonaerense. ¿Cuál es la economía política detrás de la "inversión histórica" (Vidal dixit)?

El martes pasado, en un audaz intento por salir de las cuerdas en medio de un complejo escenario político, económico y fiscal, Mauricio Macri anunció un ambicioso plan de obras en la provincia de Buenos Aires.

Al término de una reunión de gabinete ampliado realizado en la localidad de Quilmes, a la que también asistió la gobernadora María Eugenia Vidal, el presidente anunció la puesta en marcha de numerosas obras de infraestructura en territorio bonaerense que se irán ejecutando hasta el año 2019 -y, en el caso del acceso universal al agua potable, hasta el 2024- que se financiarán con fondos transferidos desde la Nación.

El anunciado aporte del gobierno nacional a la Provincia es de $ 200.000 millones, una cifra que sin dudas aliviará como ningún otro bálsamo la agobiada estructura que exhibe hoy la Tesorería bonaerense. Tres cuartas partes de los fondos comprometidos por la Nación se destinarán a obras de saneamiento en el Conurbano y los restantes $M 50.000 se aplicarán a obras de vialidad y a la puesta en valor de la infraestructura aeroportuaria

Para analizar su magnitud cuantitativa basta señalar que el compromiso financiero asumido por el estado federal representa algo más de la mitad del presupuesto total de la provincia para el presente año, fijado en $ 354.244 millones, y poco más del doble de lo que espera percibir en concepto de Coparticipación durante todo el 2016.

Gran parte del presupuesto bonaerense -al igual que lo que ocurre en las restantes provincias argentinas- se destina a gastos corrientes. El presupuesto provincial vigente contempla $M 24.800 (apenas un 7% del total) para atender a gastos de capital, rubro contable que incluye las inversiones y las obras públicas. De allí que la inédita inyección de fondos anunciada por el presidente Macri modifica, de raíz, el paisaje fiscal pesimista que fue descripto inicialmente por la gobernadora Vidal.

Los cambios

En primer lugar, porque permitirá que Vidal y su ministro de economía, Hernán Lacunza, puedan reorientar muchos créditos presupuestarios del presente año hacia otras obras públicas. A partir del anuncio, los recursos asignados al Fondo de Infraestructura Municipal ($M 7.000) y las obras de la Cuenca del Río Luján, estimadas en $M 3.000 podrían ser reprogramados.

En segundo lugar, porque la gobernadora estará en mejores condiciones para redefinir la política de uso del crédito público. La Legislatura provincial aprobó un endeudamiento de $M 60.000 que, muy posiblemente, será reconvenido a partir del anuncio. Sobre todo, en aquellas líneas de crédito ya acordadas o sujetas a negociación entre el gobierno bonaerense y la Corporación Andina de Fomento.

Aunque la ejecución del plan impactará en todo el territorio bonaerense, existen obras que son de especial interés del gobierno nacional en que se lleven adelante. Mencionamos, entre ellas la remodelación de los aeropuertos internacionales de Ezeiza ($M 5.280) y San Fernando ($M 500), la prolongación de la autopista Buenos Aires - La Plata, la terminación del ramal ferroviario Buenos Aires - Rosario o el soterramiento del Ferrocarril Mitre.

Otras, en cambio, sí tienen prioridad inmediata para la Provincia; obras como la canalización del Río Salado -recordemos la preocupación recurrente de la gobernadora ante la amenaza de nuevas inundaciones- y las refacciones en las rutas 3, 5, 7 y 8 para hacer de Buenos Aires una provincia de tránsito seguro.

Más empleo

Más que en las obras en sí, el énfasis del anuncio presidencial estuvo puesto en que la inversión contemplada permitiría general 100 mil nuevos puestos de trabajo, una cifra demasiado optimista pero que, a la luz de la compleja situación por la que atraviesa hoy el mercado laboral, habrá de generar sin dudas enormes expectativas.

La gobernadora bonaerense, como era de esperar, saludó esta iniciativa con entusiasmo y la definió como una "inversión histórica" en la provincia. No podía ser de otra manera: el plan federal llega en el momento más difícil de su gestión y, si las obras se inician a partir del segundo semestre -tal como se ha anunciado-, se descomprimirá una parte muy importante de las tensiones políticas existentes al nivel local.

El plano político.

Este no es un dato menor: las buenas noticias que el oficialismo pueda capitalizar durante este año le sumará posibilidades concretas de gobernabilidad de cara al año 2017, cuando haya que revalidar a través de las urnas los títulos conseguidos, e incluso, consolidar una base electoral que por el momento parece frágil. En esto, Macri y Vidal son socios estratégicos.

El anuncio presidencial es, sin dudas, audaz y relevante en términos políticos y económicos. Implica, además, un notable esfuerzo desde la Nación en un particular momento de contracción fiscal. Pero, en paralelo, el presidente Macri ya debería calzarse los guantes para aguantar la sobrecarga de demandas similares que le lloverán por parte del resto de los gobernadores.